Restos envejecidos de una fusión galáctica

 


Algo tremendo empezó a suceder hace millones de años en esta galaxia, la opinión más aceptada es que se produjo la fusión de dos galaxias espirales quedando ahora solamente los restos de sus dos núcleos, visibles en la fotografía.  El resultado que ahora podemos contemplar es NGC 3801, está en la constelación de Leo, a 145 millones de años luz de nuestro hogar. Es el final de un proceso de fusión que hemos podido observar en numerosas ocasiones, pero este es uno de los escasos ejemplos de lo que ocurre casi al final.

En el transcurso del tiempo, estas galaxias ya han perdido todo el gas interestelar y quedan solamente estrellas amarillas y rojas. La producción de nuevas estrellas se detuvo hace mucho tiempo y ahora estamos asistiendo a la aparición de una galaxia elíptica, sin rastro de espirales y compuesta por estrellas viejas. Las franjas de polvo oscuras denotan las convulsiones que están teniendo lugar aún en este amasijo de millones de estrellas.  El resto de galaxias presentes en la zona, son galaxias más normales y no tiene tanto interés como la que comentamos.


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