La radiación de fondo del Universo
Autor: Santiago Ventura (astrofísico)
El descubrimiento de la radiación de fondo del universo es un episodio digno de un buen guión de Hollywood. A él colaboraron dos grupos de científicos que estudiaban fenómenos aparentemente inconexos, unos desde la vertiente experimental y otros desde la teórica. Por un lado, Arno Penzias y Robert Wilson, dos técnicos en telecomunicaciones de la Bell Labs en Nueva Jersey (EEUU) estaban experimentando con una antena supersensible.
El diseño de esta antena, muy sofisticada para el año 1964, pretendía eliminar toda interferencia que alterase la recepción de la señal que debería llegar desde el otro lado del Atlántico. Por mucho que la perfeccionaban la antena seguía recogiendo una señal de onda larga (7.35 cm), isotrópica (igual en todas direcciones de observación) y constante. No supieron explicar su origen hasta que un amigo de Penzias, profesor de física del MIT le explicó que tenia conocimiento de unos avances teóricos que estaban llevando a cabo un grupo de astrofísicos en Princeton, Robert Dicke, Jim Peebles y David Wilkinson. Estos científicos desarrollaban la teoría del universo en expansión que implicaba que en sus inicios, el Universo debía haber arrojado una cantidad enorme de energía después del Big Bang.
Esta radiación, inicialmente de enorme energía asociada, debería haber sufrido un corrimiento al rojo también enorme debido a la propia expansión del Universo. Con los datos teóricos calculados por el grupo de Princeton, la longitud de onda asociada a esta radiación debería ser del orden de la registrada por los ingenieros de la Bell (con una temperatura de radiación de cuerpo negro de 2.725 K). Ambos grupos de científicos se pusieron en contacto y conjuntamente publicaron sus logros en Astrophysical Journal Letters en 1965 , confirmando así la teoría del Big Bang. En 1974, Penzias y Wilson fueron galardonados con el Premio Nobel de Física. Fueron los primeros en escuchar el Universo recien nacido.
Imágen del fondo de microondas del Universo compuesta a partir de los datos de la sonda WMAP de la NASA
El descubrimiento de la radiación de fondo del universo es un episodio digno de un buen guión de Hollywood. A él colaboraron dos grupos de científicos que estudiaban fenómenos aparentemente inconexos, unos desde la vertiente experimental y otros desde la teórica. Por un lado, Arno Penzias y Robert Wilson, dos técnicos en telecomunicaciones de la Bell Labs en Nueva Jersey (EEUU) estaban experimentando con una antena supersensible.
El diseño de esta antena, muy sofisticada para el año 1964, pretendía eliminar toda interferencia que alterase la recepción de la señal que debería llegar desde el otro lado del Atlántico. Por mucho que la perfeccionaban la antena seguía recogiendo una señal de onda larga (7.35 cm), isotrópica (igual en todas direcciones de observación) y constante. No supieron explicar su origen hasta que un amigo de Penzias, profesor de física del MIT le explicó que tenia conocimiento de unos avances teóricos que estaban llevando a cabo un grupo de astrofísicos en Princeton, Robert Dicke, Jim Peebles y David Wilkinson. Estos científicos desarrollaban la teoría del universo en expansión que implicaba que en sus inicios, el Universo debía haber arrojado una cantidad enorme de energía después del Big Bang.
Esta radiación, inicialmente de enorme energía asociada, debería haber sufrido un corrimiento al rojo también enorme debido a la propia expansión del Universo. Con los datos teóricos calculados por el grupo de Princeton, la longitud de onda asociada a esta radiación debería ser del orden de la registrada por los ingenieros de la Bell (con una temperatura de radiación de cuerpo negro de 2.725 K). Ambos grupos de científicos se pusieron en contacto y conjuntamente publicaron sus logros en Astrophysical Journal Letters en 1965 , confirmando así la teoría del Big Bang. En 1974, Penzias y Wilson fueron galardonados con el Premio Nobel de Física. Fueron los primeros en escuchar el Universo recien nacido.
Imágen del fondo de microondas del Universo compuesta a partir de los datos de la sonda WMAP de la NASA
Comentarios
Publicar un comentario